Sí , don dinero convierte
como resolutivamente ,
en ardid de simple magia
de un trasfondo transparente
enmedio de el mundo , a las claras .
De un truco aunque visible ,
de todas maneras , ¡ cáspita !
Tomando un protagonismo
supino lo irrelevante
en cuanto al final de la vida ,
certificado en la muerte .
( Ni fueras en posesión rico
de todo el oro en el mundo ,
o sin tener tuyo donde caerte ,
no se puede comprar de atraso
una hora de la marcada .
Ni apelar compasión en pobre ) .
Si , don dinero convierte
a hombre necio en brillante .
Vestido para decorado ,
de propio el figurante .
Blanco de cuántas miradas
muchas dardos envenenados
en pasionales curares ,
por traidor sigilo lanzados .
Desprenden de el humanéo
humores de los muy rancios ,
impregnan sedas y mármoles
con el dulzón amoníaco
de etérico sibaritismo
tufo de olores precarios ,
desde un rondón placentino
en fiebre siempre agitado .
Capazes en pintar redondo
de no cuadrarse el derecho .
Y en dar el rápido encalado
a cuántos oscuros recuerdos .
Sí , don dinero convierte
en brillante al hombre necio .
Bajando contra pendiente ,
a decirlo yo fuera a el sabio .
Huyendo de la pregunta .
En mi ánimo interrogado .
Con ladradora perra duda
aullando a cada paso .
Igual a orondas lombrizes
como ímplotas entre bárrizos .
En abundancia de lustre
después causal aguacero
no tánto ni cuánto aliviante
de un verano canícula
en permanente amenaza
a estío vá para arraigo .
En morder así acabara ,
una pera con el gusano .
Ruiz Alcántara