O , por cuánto alegrar a dolores ,
obligados a mofa de espanto ,
dando las carcajadas sangrantes
con los tragicómicos hilarios .
Felizes hurgadores de Herida ,
haciéndote pasar un calvario
con la ocurrente ironía
total poseída por el sarcasmo .
Más al límite soportar pena
sin dar la pesadumbre abasto .
Llevándolo a bailar en condena ,
tirándolo encima rollos de canto .
Al borde en perder la cabeza
contra algún verbo afilado .
A brincos sobre siembra de minas
con los equilibrios sonámbulos .
Por cuánto alegrar a dolores ,
ha dádolo al sufrimiento un flato ,
y sálelo una risa serísima
de como para arrancar gritando
las voces calló la angustia
en los estertores somáticos .
De fiesta entre el desastre ,
con una alegría mortífica
de un rictus tardo goyesco ,
¡ tán fresco hasta nuestros dias !
Buscando la risa a el miedo ,
de verdad píntala terorífica
cual al instante el argumento
de la más hórrida fantasía
para entretenimiento ingenuo
de unas inocencias masoquistas ,
corta de tajo , sin miramiento ,
poniendo a llorar lo cual nó se podía .
Sí , la tristeza embarga ,
se lleva pero sin dejar alguno ,
enseres todos de una casa .
No deja ni el probable fruto
diéralo por parir la gracia .
Por cuánto alegrar a dolores ,
forzado contento en descalabro ,
há quedádose sin tino alegria ,
loca reidora como a llorarlo .
Ruiz Alcántara
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